Δέδυκε μὲν ἀ σελάννα
καὶ Πληίαδες· μέσαι δὲ
νύκτες, παρὰ δ᾽ ἔρχετ᾽ ὤρα·
ἔγω δὲ μόνα κατεύδω.
Soy de aquí y de allí desde aquellos maravillosos ochenta. Por el día construyo satélites y por las noches me reconstruyo con palabras, si las parcas nos dejan. Me recargo en la naturaleza, en las artes y las ciencias, charlando con amigos y con musas. Me gusta trabajar sola tanto como en equipo. Me entusiasman algunos poetas y las tortillas de patata poco cuajadas. Los abrazos. Los silencios compartidos. Los perros felices. Las buenas historias. La honestidad desde el respeto. A veces, tocar el piano. Siempre, las cosquillas mentales. Y soy ciclotímica, por supuesto. Oscilo entre la meditación y el baile. Lo del baile no es literal, o sí —habría que preguntarle a mi mujer.
Escribo para los que se sienten solos, para los que leen en voz baja cerrándose sus ojos del cansancio, para los que tienen jefe y son subordinados, para los autónomos y desahuciados, para los enfermos y los sabios, para los listillos y los tontos que no lo son tanto. Escribo para los deprimidos y los renacidos, para los santos y las putas, para los que no tienen nada que decir y un buen día, ladran. Escribo para el canon y lo aún no etiquetado, para la madre y el asesino, para los amigos reencontrados, para las ancianas sin nietos, para los hijos sin rumbo, para mi padre muerto y mi hermano aún vivo. Para todos los que aman, para vosotros escribo.
Porque creo en el orden, en el caos, en la fina línea de cordura entre ambos y en que todo, también esto, pasará. Y os confieso que con cada poema creo llegar tarde a una fiesta donde nadie me había invitado, pero tengo una promesa que cumplir y resulta que ésta también es mi casa. Así que, bienvenidos.
alejandradieste81@gmail.com
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